El ataque final da comienzo. Los asaltantes avanzan sin temor con el apoyo de arqueros y ballesteros. Se saben virtuales vencedores. Llegan a los muros de la ciudad. Los sitiados se defienden con saetas y piedras. La muralla no es muy alta y en algunos puntos ya está derruida. En ellos se producen los primeros combates cuerpo a cuerpo. Los defensores, a pesar de su cansancio e inferioridad numérica, se baten con valentía y bravura. Consiguen contener el fiero ataque enemigo. Se producen numerosas bajas en ambos bandos. Los asaltantes están a punto de entrar en la ciudad cuando cae la noche. El ataque se interrumpe. Aseguran el cerco de la villa y descansan para reanudar el asalto al día siguiente.
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